Es posible que el titular pueda prestarse a otra interpretación, por lo tanto, queremos aclararte desde un principio que se trata sobre dos formas de ahorro que tienen características muy marcadas entre una y otra.
Si ya estás ahorrando de forma asidua, es muy posible que practiques alguna de las dos, por lo cual te presentaremos a detalle en este artículo en qué consiste cada una:
Ahorro Pasivo: es la tarea de acumular dinero por medio de montos que se separan de los ingresos corrientes una vez descontados los “gastos indispensables”. El Ahorro Pasivo consiste en una acumulación aritmética de dinero hasta el punto de que determine el ahorrador.
En palabras más simples, el ahorro pasivo es el simple hecho de acumular dinero sin un objetivo o fin. Recuerda que ninguna acción que se realice de manera espontánea podría alcanzar grandes resultados, y esta idea se cumple en el caso del Ahorro Pasivo.
Ahorro Activo: es un proceso técnico más complejo y consiste en acumular dinero por medio de los aportes del ahorrador sumados al rendimiento que se obtenga de “activar” (precisamente) los fondos ahorrados, teniendo como base una estrategia de ahorro sistemática.
También, en palabras más fluidas, este ahorro obliga a la persona o familia a dedicar esfuerzo y atención a la tarea, ya que el fondo posee un objetivo (Fondo de emergencia, viaje, Estudios, entretenimiento o todos juntos) y un método.
Ahora ya lo sabes. Mientras te decides si deseas seguir con tu ahorro pasivo o activo, te recomendamos depositas tu dinero (y así convertirlo en un ahorro formal) en cualquiera de las 22 Instituciones Miembro del IGD, en las que gozaras de la garantía de depósitos.